El panorama que actualmente nos rodea, a los amantes del cine fantástico, de terror ó como queráis llamar a nuestros variados gustos; no deja de ser complicado y un poco engañoso.
Se estrenan al año, bien en cine ó en distribución doméstica, miles de películas de género y sabéis que pocas son las que realmente llegan a impactar en nuestros curtidos estómagos e insensibles cerebros. Este hecho tiene la cruz de obligarnos, en cierta medida, a escarbar entre la basura para encontrar algo decente que echarnos a los ojos. De esta forma, acabamos viendo al año más películas malas ó irregulares que obras de calidad intachable. Pero todo lo malo tiene su contrapartida y cuando una película de terror brilla, lo hace con una fuerza y una profundidad emocional inigualable.
Este fue el caso de, por ejemplo, Déjame Entrar. Film al que todo el mundo que lo vio se ha rendido. Como dato interesante recalcar que el origen sueco de la producción no es gratuito, parece que año tras año solo sea capaz de ofrecernos gemas del horror, el cine independiente y sobre todo el cine “no-hollywoodiense”, y entiéndase esta etiqueta como todo cine dispuesto a sacrificar tópicos comerciales en pro de una narrativa más intensa; algo que a los norteamericanos le chirría por lo general.
Estas reflexiones vienen a colación de la película: “Somos lo que hay” (disfrutad de su animado Facebook). Film mexicano rodado en Ciudad de México, sin fecha para su estreno comercial todavía. La opera prima del director Jorge Michel Grau ha sido comparada, en su preestreno en el Festival de Cine de Guadalajara celebrado este Marzo, con “Déjame entrar”; no solo en aspectos formales si no, y esto es lo más interesante, en el impacto visual y moral para el espectador.
No en vano, el argumento contiene buenas dosis de trasgresión y violencia (sin ser un festival sangriento innecesario), puesto que habla del canibalismo desde el seno de una familia convencida de su condición de consumidores de carne humana:
Una familia queda desamparada al morir su padre y líder; a partir de ese momento sus tres hijos y su viuda se enfrentan a una tempestad. Los cuatro tendrán que plantar cara a su peor pesadilla: conseguir alimento por sus propios medios. Continuar con sus ritos es vital, deben comer carne humana para sobrevivir. Ahora, por decreto, el mayor de los hermanos, un adolescente desubicado, tendrá que guiar a los suyos para conservar su tradición caníbal, sin saber que, en el intento, tendrá que sacrificar su propia vida.
Según su propio director, natal de Ciudad de México, la depravación social y la violenta estética exhibida en “Somos lo que hay”, no es más que un reflejo de lo visto en las calles donde creció. ¿Mexicanos especulando sobre el canibalismo, con una fuerte carga dramática a la vez qué anti-ética? Pues me parece un proyecto a tener en cuenta y a seguir, yo especialmente espero un equilibrio entre reflexión social y dinámico gore (según he leído, la violencia se hace esperar pero es parte integral del argumento) . Lejos de posturas “hollywoodienses”, es posible que encontremos una de esas joyas destacadas dentro de nuestro cine favorito. Ahora solo falta que las comparaciones positivas y las buenas palabras cristalicen en el metraje más que interesante para esta producción relativamente modesta (casi medio millón de Euros, con una fuerte presencia de financiación estatal)
No hay comentarios:
Publicar un comentario